Síndrome de apnea del sueño y enfermedad cardiovascular

7. PRONÓSTICO DEL SÍNDROME DE APNEA DEL SUEÑO

El SAS es una enfermedad que conlleva implicaciones importantes sobre la morbimortalidad, tanto a corto como a largo plazo (Tabla 2). Las complicaciones a corto plazo, son fundamentalmente debidas a accidentes profesionales y automovilísticos o accidentes perianestésicos. Un porcentaje importante de pacientes con SAS severo refieren haber tenido accidentes automovilísticos, más de la mitad han presentado algún accidente laboral, y en un porcentaje muy importante, su enfermedad ha tenido repercusión sobre el ámbito familiar.

En los pacientes con SAS, los sucesivos episodios de apnea dan lugar a una pérdida de la estructura del sueño que, junto a los repetidos despertares transitorios, provocan un aumento del tono simpático y de la descarga adrenérgica durante toda la noche. Si a ello se le añade la hipertensión arterial sistémica y pulmonar que se produce durante la apnea junto a la presión negativa intratorácia provocan un aumento muy importante de la postcarga ventricular. Puede, por tanto, afirmarse que en estos pacientes no se produce el reposo cardiovascular durante la noche sino que durante el sueño están sometidos a una «sobrecarga cardiovascular» que influye negativamente en el estado de salud cardiovascular.

Tabla 2.- Complicaciones en el SAS.

Neuropsicológicas
* Accidentes de tráfico o trabajo
* Alteraciones psiquiátricas
Cardiorespiratorias
* Hipertensión sistémica
* Hipertensión arterial pulmonar
* Arritmias cardíacas diversas
* Corazón pulmonar crónico

Apenas empezamos a conocer las consecuencias a largo plazo del SAS existiendo pocos trabajos de seguimiento a medio o largo plazo. Algunos estudios han mostrado convincentemente que la mortalidad, fundamentalmente de origen vascular, está incrementada en pacientes con SAS y que la misma disminuye con tratamiento. La mayoría de muertes de estas series se cree que son debidas a complicaciones cardiovasculares. Así He (1988), en un estudio ya clásico, sobre 706 pacientes diagnosticados de SAS, recoge información sobre 385 pacientes (55%) durante el período 1978-1986. Los autores calculan la supervivencia acumulada en distintos grupos, constituidos en función de la edad (más o menos de 50 años), número de apneas (mayor o menor de 20) y tratamiento, evidenciando que en aquellos pacientes que presentaban un índice de apnea superior a 20, la tasa de supervivencia a los 8 años era del 63%, frente a la del 96% en pacientes con índice de apnea menor de 20, no tratados. En otro estudio llevado a cabo en Finlandia en 1991 se analizaron las causas de muerte brusca en 460 casos consecutivos. Los resultados revelaron que la causa cardiovascular de muerte era más común entre aquéllos que roncaban frecuentemente, que los roncadores morían más frecuentemente mientras dormían y que el ronquido era un factor de riesgo para la muerte brusca, fundamentalmente por sus asociación con el SAS. En 1995, en Israel Lavie analiza 1620 pacientes diagnosticados de SAS entre 1976-1988 con edades comprendidas entre 21 y 79 años. Este autor comprueba que 57 pacientes (53 hombres y 4 mujeres) murieron, 53% debido a problemas respiratorios y cardiovasculares. Las variables relacionadas con la mortalidad eran la edad, BMI, hipertensión arterial e IAH. Concluye que el SAS incrementa la mortalidad de forma indirecta probablemente a través de su actuación como factor de riesgo cardiovascular.

En definitiva, el conocimiento del SAS en pacientes con problemas cardiovasculares es importante por las siguientes razones: En primer lugar por la alta prevalencia de esta enfermedad en este grupo de pacientes. Además, debido a que el SAS se asocia a una morbilidad significativa, al tratar a pacientes con problemas cardiovasculares debemos ser conscientes de la posibilidad de este diagnóstico. Segundo, existe evidencia de que el tratamiento del SAS puede revertir o facilitar el control de la HTA u otros problemas cardiovasculares. Tercero, el SAS puede condicionar episodios peligrosos de alteración del control de la tensión arterial durante el sueño lo que puede repercutir en la morbimortalidad de estos pacientes.

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