Síndrome de apnea del sueño y enfermedad cardiovascular

C. Zamarrón
F.J. González Barcala
J. Suárez
A. Vilas
J.R. Rodríguez Suárez

Servicios de Neumología
Hospital General de Galicia
La Coruña


1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL SINDROME DE APNEA DEL SUEÑO

El sueño representa una parte importante en la vida del ser humano, ya que aproximadamente un tercio del día lo invierte en dormir.

Las primeras investigaciones sobre los trastornos respiratorios durante el sueño se desarrollaron en el siglo pasado. Curiosamente la literatura se ha anticipado a la observación científica, al establecer la relación entre el sueño y la enfermedad. Hace más de 150 años que Charles Dickens describió en su famoso libro «The Posthumous Papers of the Pickwick Club» a un personaje llamado «Joe, the fat boy» cuyas características de hipersomnolencia, ronquido intenso, facies congestiva y obesidad extrema, nos parecen hoy muy familiares. Aunque Sir William Osler, en 1918, acuñó el término de «Pickwiniano» para referirse a pacientes obesos y somnolientos, sin embargo, sería Burwell (1956) el que popularizaría, en 1956, la denominación de «Síndrome de Pickwick», en similitud con el personaje de Dickens.

En la década de los 60, la introducción de la polisomnografía permitió comprobar que la somnolencia diurna estaba en relación con trastornos respiratorios durante el sueño. En 1965 Gastaut describe, mediante registros polisomnográficos, la existencia de apneas obstructivas episódicas durante el sueño, relacionando la obstrucción de la vía aérea superior (VAS) con la desestructuración del sueño normal, la aparición de hipoxemia y de arritmias cardíacas.

Poco a poco, los investigadores comienzan a centrar su atención en los trastornos ventilatorios durante el sueño. A principio de los años setenta, se popularizan los términos de apnea e hipopnea, señalándose el hecho de que la obstrucción de la VAS durante el sueño podía observarse también en pacientes sin el síndrome de Pickwick. En 1972, Sadoul y Lugaresi organizan el primer Simposium Internacional sobre » Hipersomnia con respiración periódica » , término con el que hasta entonces se describía a estos pacientes. De este Congreso nace el concepto de síndrome de apnea del sueño (SAS), que posteriormente se popularizaría fundamentalmente Guilleminault (1976).

Paralelamente al desarrollo sobre la investigación del SAS, se han producido importantes cambios con respecto al tratamiento. En 1981, Fujita et al. describen la uvulopalatofaringoplastia como un tratamiento alternativo a la traqueotomía. Esta técnica quirúrgica consiste en la resección de la úvula, porción muscular del paladar blando, amígdalas y del tejido redundante. Por otra parte, la realización de estudios cinematoradiográficos y fibroendoscópicos (Weitzman et al. 1978) han permitido conocer la importancia de la base de la lengua en el desarrollo de la obstrucción de la VAS, dando lugar a la aparición de nuevos procedimientos quirúrgicos (Riley et al. 1990). En 1981 Sullivan propone la aplicación de ventilación con presión positiva continua a través de la vía nasal (CPAP) como método de tratamiento de esta enfermedad. La CPAP consiste en la administración durante la noche de una presión positiva continua en la vía aérea, a través de una mascarilla nasal, generada mediante un propulsor de aire. La CPAP nocturna nasal es considerada en la actualidad como el método terapéutico de elección.

Durante la década de los 90 se realizan importantes estudios epidemiológicos comprobando que el SAS es una enfermedad de alta prevalencia (Young et al. 1993) y que puede considerarse un problema de salud pública, como se reafirma en estudios recientes, donde se ha sugerido que puede representar un factor de riesgo en la presentación de accidente de tráfico.

Recientes avances tecnológicos, como la monitorización no invasiva de la presión arterial sistémica o de la saturación arterial de la oxihemoglobina mediante la oximetría, nos han permitido una mejor evaluación de las repercusión de las alteraciones respiratorias durante el sueño sobre otros sistemas orgánicos así como un mejor conocimiento de la fisiopatología respiratoria durante el sueño. Este creciente interés por los trastornos respiratorios durante el sueño ha traído como consecuencia que los laboratorios del sueño comiencen a ser más habituales, contribuyendo así a la difusión de aspectos muy importantes de esta patología, que hasta hace muy poco era subestimada. Todo ello ha implicado que el número de demandas de estudios haya sufrido un crecimiento exponencial, agravado por la escasez de medios. Esto ha puesto en evidencia la necesidad de ampliar las unidades del sueño existentes, desarrollando métodos informáticos que permitan el almacenamiento y análisis cuantitativo de los estudios, en un intento de optimización de dichos estudios, posibilitando una mayor sencillez y fiabilidad en los diagnósticos así como un mayor grado de protocolización y control de calidad de los mismos.

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