Efectos de la contaminación ambiental sobre la vía aérea


EFECTOS SOBRE LA SALUD

En diciembre de 1952 se produjo en Londres un episodio de contaminación que provocó más de 4.000 muertos. Inicialmente se relacionó la mortalidad con las concentraciones de S02, aerosoles ácidos y partículas en suspensión. Posteriormente se comprobó que la tasa de mortalidad estaba directamente relacionada con la concentración de partículas y que la aparente asociación con el S02 venía determinada por la correlación que existe entre los niveles atmosféricos de S02 y partículas(4). Estudios recientes avalan estos hallazgos e indican que por cada 10 µg/m3 de aumento en la concentración de PM10 se produce un incremento de 1% en la mortalidad diaria, independientemente de la estación del año en que ocurra y de la existencia de otros contaminantes(2).

Múltiples estudios epidemiológicos han correlacionado los ingresos por urgencias de pacientes con asma y EPOC con los niveles de S02 y partículas en el aire.

Así un estudio realizado en Cartagena (España) por Guillén Pérez y cols, estableció una correlación positiva entre los niveles de S02 y el aumento del número de ingresos por agudizaciones de EPOC y asma(6).

Castellsague y cols encontraron una asociación débil pero estadísticamente significativa, entre los ingresos por agudización de EPOC y niveles de partículas, CO y S02(7). No obstante no se pudo establecer ninguna asociación entre las exacerbaciones de asma y niveles elevados de S02(8). Hallazgos similares fueron encontrados por Romieu y cols en un estudio realizado en Ciudad de México en niños asmáticos. Estos autores establecieron una fuerte asociación entre el número de ingresos por asma y niveles elevados de ozono, siendo mínimo el efecto del SO2 en las exacerbaciones de asma(9).

Otros estudios han tratado de establecer asociaciones entre niveles de contaminación y la aparición de síntomas respiratorios. En niños asmáticos los síntomas respiratorios de vías aéreas bajas como tos, sibilancias o disnea parecen estar directamente relacionados con niveles ambientales de PM1O. Romieu y cols observaron que por cada 10 pg/m3 de aumento en la concentración media diaria de PM1O se objetiva un incremento del 8% en la incidencia de síntomas respiratorios. Estos autores observaron además que un aumento similar en la concentración de partículas finas (diámetro < 2,5 pm) tenía efectos más negativos, aumentando en un 21% los síntomas respiratorios(10).

No se encontró asociación entre los niveles de PM1O y aparición de síntomas respiratorios en individuos sanos(11).

En estudios clínicos se ha visto que en individuos normales concentraciones de SO2 > de 5 ppm (partes por millón) pueden producir broncoespasmo, mientras en asmáticos son suficientes concentraciones menores (> 1 ppm). Con ejercicio moderado son suficientes > 0,25 ppm en asmáticos si el individuo respira por la boca, pero si respira por la nariz son necesarias concentraciones superiores a 0,4 ppm ya que el SO2 es rapidamente retirado de la vía aérea superior. Esta respuesta broncoconstrictora es rápida y revierte rapidamente al cesar la exposición o trás la administración de un broncodilatador(12).

Tanto en pacientes con bronquitis crónica como en asmáticos la exposición a concentraciones elevadas de dióxido de sulfuro se ha asociado con un deterioro de la función pulmonar, valorado por una caida del pico expiratorio de flujo(13).

En asmáticos concentraciones elevadas de PM1O están en relación directa con la caida del pico expiratorio de flujo(10).

Por otra parte se ha visto que exposiciones controladas a niveles elevados de aerosoles ácidos no tienen efectos nocivos en la función pulmonar de sujetos sanos. Aunque los asmáticos parecen más sesibles a estas sustancias, los resultados son muy variables de unos estudios a otros. Más importante quizás es que exposición a concentraciones no elevadas de aerosoles ácidos empeora el aclaramiento mucociliar tanto en sanos como en enfermos(2). 

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